Autora: Alicia Tio Castro
Docente de BIODEMECUM
La fertilidad es uno de los grandes retos de la sociedad actual. La situación económica, la conciliación laboral, el retraso de la maternidad o factores como la contaminación hacen que cada vez haya más parejas que sufran de infertilidad.
Gracias a los registros de la SEF (Sociedad Española de Fertilidad) * sabemos que actualmente cerca del 10% de los nacimientos de nuestro país son gracias a técnicas de reproducción asistida. Hablamos de que cada año nacen en España 33.000 bebés gracias a la reproducción asistida (es decir, 1 de cada 10 nacimientos se debe a estas técnicas).
Según los datos del 2017 proporcionados por la SEF, España continúa liderando los países europeos en número de tratamientos de reproducción asistida, con 175.905 tratamientos.
Además, según los datos de la SEF de ese mismo año unas 15.000 parejas extranjeras confiaron en los centros españoles para realizar sus tratamientos de fertilidad.
Las altas tasas de éxito, un precio asequible y una legislación de las más permisivas del mundo hace que España sea uno de los mejores países en el sector de la reproducción asistida a nivel mundial.
Por ejemplo, la legislación española permite técnicas prohibidas en otros países, entre otras, la donación de gametos de forma anónima o el método ROPA gracias al cual una pareja de mujeres puede tener un bebé.
* LA SEF ( Sociedad Española de Fertilidad) es el organismo encargado de Organizar y coordinar la recogida de datos de actividad de TRA en España y garantizar el correcto análisis y difusión de los datos, mediante el diseño, implantación y mantenimiento de un sistema de registro basado en valores de calidad, respeto a la legislación vigente y homologación a nivel internacional.
¿QUE ES UN EMBRIÓLOGO Y CUAL ES SU PAPEL EN LA REPRODUCCION ASISITIDA?
Un embriólogo es el profesional sanitario que trabaja en los laboratorios de las clínicas de reproducción asistida.
Para llegar a ser embriólogo normalmente se estudia Biología y después un máster de reproducción asistida.
Sin embargo, entre los embriólogos de las clínicas de fertilidad también podemos encontrar veterinarios o farmacéuticos.
En un día de trabajo, un embriólogo puede:
Captar ovocitos obtenidos en la punción de una paciente. Posteriormente, congelar los ovocitos aptos si se trata de una preservación de la fertilidad o fecundarlos si lo que se va a realizar es una fecundación in vitro.
Valorar los embriones de otras pacientes en diferentes estadios de desarrollo (normalmente los embriones se dejan en cultivo hasta día 5/6 de desarrollo).
Congelar o descongelar embriones para su posterior transferencia.
Biopsiar embriones para realizar DGP (Diagnóstico genético preimplantacional) y así seleccionar aquellos embriones cromosómicamente sanos para aumentar las probabilidades de embarazo.
Para llegar a ser embriólogo normalmente se estudia Biología y después un máster de reproducción asistida.
El trabajo en un laboratorio es muy rutinario, pero a la vez debe ser un trabajo muy meticuloso donde los errores no están permitidos pues un error en el manejo del material biológico puede conllevar consecuencias fatales para el éxito de un tratamiento.
Los embriólogos deben estar concentrados en su trabajo durante toda su jornada laboral. De hecho, en muchos centros existe lo que se llama el sistema witness, es un sistema informático de seguridad y trazabilidad de muestras biológicas en el laboratorio. Sirve para asegurar y controlar en todo momento la trazabilidad de los óvulos, del semen y de los embriones de cada pareja.
En otros centros es otro embriólogo el que debe de ir supervisando cada paso que se da en el laboratorio
El embriólogo en muchos casos permanece en el anonimato en la clínica de fertilidad, sin embargo, muy a menudo se encarga de llamar a los pacientes para explicarle la evolución de su tratamiento resultando ser, de esta manera, un pilar fundamental para los pacientes puesto que la información que les facilitan es muy importante para ellos.
Además el embriólogo suele mostrarse más cercano y explicarse de una forma que hace más comprensible el proceso.
Por lo que respecta a la investigación, el sector de la reproducción asistida se encuentra en continua evolución. Siempre intentando mejorar las tasas de éxito de los tratamientos, buscando soluciones para los problemas de fertilidad más complejos e intentando encontrar tratamientos menos invasivos para los pacientes de fertilidad.
Hoy en día gracias a la reproducción asistida se pueden conseguir embarazos en casos imposibles hasta hace relativamente poco tiempo.
Una mujer sin útero puede ser madre gracias a un trasplante de útero.
Una mujer sin óvulos sanos puede ser madre gracias a la donación de óvulos de otra mujer anónima.
Un hombre puede ser padre con un número mínimo de espermatozoides, después de una vasectomía, e incluso después de un tratamiento de quimioterapia.
Una mujer que se somete a quimioterapia puede ser madre después gracias a la posibilidad de congelar sus gametos antes de iniciar el tratamiento de quimioterapia.
Una pareja con problemas genéticos graves, que supondrían incluso la muerte de su bebé a corto plazo, puede tener bebés sanos.
¿Y COMO HA AFECTADO EL COVID-19 EN LOS TRATAMIENTOS DE FERTILIDAD?
Durante la pandemia que hemos vivido muchas mujeres han visto afectados sus tratamientos de fertilidad ya que la mayoría de los centros de fertilidad tanto públicos como privados suspendieron su actividad por recomendaciones de las principales asociaciones de fertilidad. No solo por que no se sabía si el virus se podía pasar de madres a hijos sino porque en aquella situación donde los hospitales estaban colapsados, no era el mejor momento de que una embarazada pudiese tener una complicación obstétrica.
Algunos expertos apuntan que esta pandemia ha podido suponer 4.000 nacimientos menos debido al parón de las clínicas de reproducción asistida.
Alicia Tio es Bióloga, colegiada en el COB de Castilla y León y desarrolla su actividad profesional como embrióloga en la empresa privada. En Biodemecum imparte el Curso online de embriología y genética reproductiva.